La Compostela
14 mayo, 2025

La “Compostela” es el documento expedido por la Oficina del Peregrino de la catedral de Santiago que acredita el haber realizado una peregrinación.

Desde el origen de las peregrinaciones a Santiago, en el siglo IX o incluso antes, diferentes razones sociales y religiosas habrían llevado a los peregrinos a solicitar una acreditación de su cumplimiento. Al inicio, insignias de peregrinación como la concha-vieira hicieron esa función. Eran vendidas en torno a la catedral, por lo que su adquisición servía como prueba de peregrinación cumplida, sin embargo, la picaresca multiplicó pronto los lugares de venta de las insignias e hizo evidente la facilidad con que ese tipo de pruebas podían ser falsificadas.

A pesar de que la catedral de Santiago y el Papado intentaron luchar contra las falsificaciones, llegando a expedir una bula por la que se condenaba a la excomunión a los falsificadores, finalmente optaron por la creación de un documento: las llamadas cartas probatorias, cuyos ejemplos más antiguos conservados datan del siglo XIII.

A lo largo de los siglos, la importancia del documento que probaba el haber finalizado una peregrinación a Santiago fue en aumento, sobre todo a partir de la creación por los Reyes Católicos del Hospital Real de Santiago. Ese hospital de peregrinos –mezcla de albergue y hospital- permitía a quienes mostrasen su Compostela hospedarse gratuitamente durante tres días. Todavía hoy, el edificio renacentista, convertido en parador turístico de lujo y conocido como Hostal de los Reyes Católicos, recuerda su tradición de hospitalidad ofreciendo comidas gratis a los primeros peregrinos que cada día que se presentan con la “Compostela”.

En la actualidad, la catedral de Santiago continúa expidiendo el certificado de la “Compostela” a todos aquellos que han completado una peregrinación por motivos religioso y/o espiritual, ya sea caminando, en bicicleta o a caballo. Dicha peregrinación debe, además, incluir como mínimo los últimos 100 kilómetros, en el caso de haberla realizado a pie o a caballo, o los 200 últimos si se ha realizado en bicicleta. Para demostrar que, efectivamente, se cumplen estos requisitos, el peregrino que la solicita debe mostrar su credencial convenientemente sellada –al menos 2 veces al día- a lo largo de los tramos referidos.

Respecto a los niños, que siempre en mayor número peregrinan con sus padres o en grupos, el cabildo de la catedral ha establecido que podrán recibirla si han realizado la Comunión o tienen la capacidad de comprender la naturaleza espiritual de la peregrinación.

Fundación Jacobea
Información de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para que podamos brindarle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en su navegador y realiza funciones tales como reconocerlo cuando regresa a nuestro sitio web y ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones del sitio web encuentra más interesantes y útiles.