El Camino está en nuestro corazón.

Hola a todos(as),

Durante muchos años he tenido el placer de recorrer el Camino de Compostela en la Península Ibérica. Cada vez, es una experiencia y una vivencia extremadamente rica a nivel humano. Seguir los caminos de Compostela es una manera de partir hacia los demás y hacia uno mismo.

En este año 2020, la situación sanitaria nos ha invitado a ir hacia nosotros mismos un poco más de lo habitual. Caminar cerca de casa, caminar solo o en grupos muy pequeños, caminar en el propio país.

Encontré este desafío casi tan rico como el Camino. Se trata de reabrir los ojos a nuestro entorno, reaprender a saborear la vida local, reenfocarnos, ser uno consigo mismo en un camino solitario.

Lo que se presentó como una frustración en la primavera de 2020, se ha convertido en una oportunidad para un gran redescubrimiento. Además, la fraternidad tan hermosa en el Camino y en los albergues, se puede vivir en el propio entorno, cuando mi vecina comparte conmigo su comida o cuando reencuentro amigos para pasear más a menudo al aire libre.

El camino, el Camino, está dentro de nosotros.

Este camino de corazón, de hermandad, de solidaridad, de compartir, de apertura, tenemos la posibilidad de vivirlo allí donde estemos. Es precisamente ese el gran reto del regreso post Camino, cuando volvemos a casa después de caminar 1 semana, 1 mes, 3 meses.

A veces parece difícil volver de un viaje, como si lo vivido fuera difícil de prolongar. Quiero invitarte a dar vida a la belleza del Camino en tu vida diaria, a través de pequeñas pepitas, mini momentos de atención a ti mismo, al otro, de presencia en la vida. Caminar promueve esta presencia. A partir de ahí, vuelve a ponerte las botas donde vivas, camina y ábrete al presente, sea lo que sea.

El Camino vibrará aún más en mí y a mi alrededor por una Navidad del corazón.

Felices Fiestas

Benedicte

www.benecamino.com

Take your time …. & walk with your heart