Fran Lucas Herrero es un peregrino originario de Zaragoza que, desde hace tiempo, comparte sus experiencias del Camino a través de un blog y las redes sociales. Recientemente ha dado un paso más en su trabajo de difusión del Camino de Santiago publicando su primer libro: “In Itinerae Stellae. Caminando por el Camino de Santiago Aragonés”. Se trata de un libro sobre el ramal aragonés del Camino Francés, un libro muy particular, que combina la historia y tradición jacobea con el testimonio personal de sus experiencias como peregrino en el Camino Aragonés. Con esta entrevista queremos conocer un poco más al autor y contribuir a promover un tramo del Camino de enorme riqueza histórica y patrimonial, un tramo que todavía hoy ofrece a los peregrinos la posibilidad de vivir la experiencia de una peregrinación más solitaria y tranquila.

En la Fundación Jacobea nos interesamos mucho por las experiencias personales, por eso mi primera pregunta no se refiere al tema del libro sino al autor… ¿Cómo llegaste al Camino de Santiago?, ¿cómo fue tu primer encuentro con el Camino?

-Mi primer contacto físico con el Camino, aunque históricamente lo conocía de mucho más, es de hace más de 20 años, cuando en años que veraneaba en Galicia veía a peregrinos caminar o llegar a Santiago. Esa visión caló dentro de mí, me causó inquietud interior y sobre el 2007 tuve mi primer contacto como peregrino, caminando de Sarria a Santiago. Quedé maravillado y totalmente enganchado, y la segunda vez ya hice de Roncesvalles a Santiago, y hasta hoy.

El Camino ha pasado a ser parte de tu vida, creo que has llegado a peregrinar incluso 5 o 6 veces en un mismo año… ¿Qué caminos has recorrido?, ¿cuánto peso ha tenido tu origen aragonés en tu elección de itinerarios?

-El Francés varias veces, el Primitivo dos, el del Salvador, el Portugués, el Inglés dos, el del Ebro, el Aragonés un montón, el Vadiniense y varios más, aparte de tramos hasta Santiago desde Burgos, León, Logroño, Orense y varias ciudades. Antes tenía menos tiempo por motivos laborales o familiares e iba dos o tres veces al año, pero estos últimos años tengo ya tiempo completo para mí, por lo que he realizado caminos completos de un tirón, otros completos en varias veces y numerosos tramos de varios cientos de kilómetros en otras. Por mi origen aragonés y conocerlo muy bien, amo el Camino Aragonés, ya que es uno de los mejores caminos jacobeos que hay, y por ello lo recorro tanto e intento que la gente lo conozca un poquito más, ya que está infravalorado.

Quienes llevamos un tiempo ligados al Camino sabemos bien la importancia que tiene para los peregrinos compartir su experiencia… ¿Nacieron tu blog o tu blog de este modo?, ¿qué deseo te llevó a decidirte a escribir tu libro?

-Lo del blog y todo lo demás fue por mi hijo, que al dedicarse a este mundillo de la informática y edición editorial decidió regalarme una web, la de <esmicamino.es>  un lugar para que diera a conocer mis experiencias y todo lo demás. Escribir escribo desde siempre, aunque he estado siempre en la esfera de los relatos cortos, colaboraciones, estudios y demás. El libro es algo que se me propuso desde una Asociación que tiene mucho apego a Aragón y ahí está, aunque me hubiera gustado que tuviera más páginas, se ha quedado mucho en el tintero.

Eres un peregrino mayoritariamente de largo recorrido, con muchos caminos de largo recorrido a sus espaldas, por eso me interesa tu opinión sobre las últimas etapas antes de llegar a Santiago. Te he escuchado una opinión realmente interesante sobre esas últimas etapas que me gustaría que repitieses aquí…

-Sí, para mí las últimas etapas que otros peregrinos -que desean un Camino a su medida- parecen odiar, las de Sarria a Santiago, son de lo mejorcito, tienen esencia propia y es una gozada caminarlas una y otra vez. Yo no tengo problemas con eso que llaman masificación o la palabra «turigrino», término que jamás he utilizado, ya que el Camino es de todos.  No me molesta la gente, voy a lo mío y ellos a lo suyo, y jamás he tenido prisas por asegurarme un lugar para pasar la noche, porque si no hay en un sitio habrá en otro, aparte de que salir temprano para terminar de caminar a las 12 no es lo mío, me gusta alargar más las etapas, disfrutarlas, parar, tomarme algo aquí y allá, poder experimentar y disfrutar con lo que siento a cada momento. Y lo repito, las últimas etapas, las que muchos dicen evitar, son de lo mejor, un tramo cómodo de andar, atractivo, perfecto, con servicios abiertos. A quien no le guste ese tramo puede elegir entre otros muchos caminos jacobeos, y si no puede optar por otras rutas.

Más allá de lo testimonial, en tu libro has hecho un gran trabajo sobre la historia y tradición jacobea ligada al Camino en Aragón. ¿Podrías contarnos un poco más sobre esa parte de tu trabajo?

-Llevo muchos años investigando, interesándome y por supuesto recorriendo el Camino Aragonés, dada su desconocida relevancia en la forja de lo que hoy es Aragón y España. Aparte, suelo colaborar con algunos medios aragoneses y de otros lugares, a la vez que colaboro y ayudo gratuitamente con diversos estudios y otros temas relacionados con el Camino y otras historias de otras comunidades autónomas, que prefiero quede en el anonimato. He comprobado de sobra que la fama e infraestructura la tiene el Camino Francés desde Roncesvalles, cuando para mí el Camino Aragonés desde Somport, si se le diera una oportunidad, si las autoridades aragonesas y otras instituciones supieran venderlo, lo recorrerían más peregrinos, aunque perdiera su tranquila esencia.

Has elegido compartir tus experiencias en el Camino Aragonés en este libro, ¿podrías resumir un poco lo que ha supuesto para ti recorrer ese tramo del Camino?

-Es pura magia, una maravilla, un disfrute, una gozada, algo bonito, agradable y mágico, aparte de pura historia, recorrer una y otra vez el Camino Aragonés, disfrutar de los paisajes, la gastronomía, sus gentes, la maravilla del románico que atesora y todo lo que se puede decir de una ruta jacobea con tanto peso histórico. En pocas palabras, si no disfrutara caminando como lo hago, sintiendo su esencia, no volvería al mismo tanto como lo hago.

Querría que en tus dos vertientes, como peregrino y como autor de una investigación histórica sobre el Camino en Aragón, introdujeses esa parte del Camino a un peregrino que se plantee recorrerlo: ¿qué encontrará?, ¿qué le recomiendas hacer o visitar?

-Se encontrará belleza, Historia, gastronomía, buena gente y muchas cosas más, ya que si viene abierto a conocerla con los cinco sentidos y con el alma, es una ruta jacobea que no olvidará, pero lo mejor es lo que se llevará dentro caminándola con la mente y espíritu abiertos. Sería largo recomendar algo, porque sería muy largo, pero la primera etapa de Somport a Jaca es más que única y mágica, con esa bajada por el Valle del Aragón, la catedral de San Pedro, y luego el monasterio viejo de San Juan de la Peña, que es más que prioritario visitarlo, y también Artieda, Santa Cruz de la Serós, Ruesta, y muchos más sitios. La lista es larga para definirla aquí.

La importancia histórica del Camino Aragonés o ramal aragonés del Camino Francés es enorme, lo que nos obliga, inevitablemente, a plantearnos la pregunta de por qué no es tan frecuentado como el ramal navarro. ¿Hasta dónde ha sido determinante el territorio, la geografía o las distancias?, ¿qué peso crees que tienen las infraestructuras disponibles o el trabajo de las Administraciones Públicas?

-No es tan frecuentado porque nunca se le ha dado la importancia y el valor que tiene, tanto por la administración como por muchos peregrinos, ya que para muchos el único Camino comienza en SJPDP y si no lo comienzas allí pues no has hecho el Camino. Pues yo no he comenzado ni comenzaré nunca desde ahí, y si lo he hecho montones de veces desde Somport y Roncesvalles, y aquí sigo tan feliz. Claro está que el Camino Aragonés no puede competir en servicios con el Francés desde Roncesvalles, pero en historia y belleza le iguala y supera. Es como todo en esta vida, cuestión de gustos, publicidad, sensaciones y todo así.

Existen asociaciones jacobeas en Aragón, algunas con una larga trayectoria y mucho trabajo a sus espaldas, como la de Jaca, también en tu ciudad de Zaragoza existe una asociación importante… ¿colaboras con ellos?, ¿crees que el asociacionismo jacobeo podría ayudar a que el Camino Aragonés sea más conocido y transitado?

-Asociarse o emprender acciones conjuntas o en grupo siempre son beneficiosas, ahí está el caso de Arrés, aunque muchas otras veces no se obtengan los resultados esperados. Tal como he comentado, colaboro con varias organizaciones y asociaciones, pero en concreto con la de Zaragoza no lo hago, no por nada, simplemente no se ha dado el caso, pero valoro mucho su magnífica labor. Reseñar también el magnífico trabajo de Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca, no tengo el gusto de conocerlos personalmente, pero sé que hacen un buen trabajo dentro de los medios que disponen. Lo que ayudaría a que el Camino Aragonés fuera más conocido pasa por creer más en el mismo y, por supuesto, que se invierta por parte de la administración autonómica un poquito, pero solo un poquito, ya que aunque diga que lo hace no veo claramente los resultados de donde lo hace.

Querría preguntarte por tus proyectos de futuro, como peregrino y también como escritor sobre el Camino. ¿Estás pensando en volver a peregrinar el próximo año 23?, ¿te planteas seguir escribiendo o investigando sobre el Camino?

-La vida, aparte de corta, es solo una y todos los sueños son válidos, por lo que yo sueño seguir caminando mientras la vida me lo permita. Sí, comenzaré seguramente en enero a caminar, y de ahí todo un año por delante, donde seguramente caminaremos varias veces. Y si, por supuesto, seguiré escribiendo, como llevo años ya, sobre el Camino, ya que cuando algo te gusta ¿para qué dejarlo? Hay proyectos muy interesantes en proceso que espero que lleguen a buen puerto para la divulgación y promoción del Camino de Santiago.

Y para terminar, más allá de los proyectos en los que estés trabajando: ¿qué te queda por cumplir en el Camino?, ¿qué deseo o sueño todavía deseas realizar?

-En el Camino me queda por cumplir todo, porque cada vez que mis pasos están ahí, es como si fuera la primera vez, sigo sintiendo esa fuerza y esa magia que me engancharon, y mientras sea así seré un impenitente caminante peregrino. Otros sueños, sea o no con el Camino, son esos que aún despiertos los deseamos alcanzar, pero no se pueden decir muy en voz alta, para ver si así encontramos la manzana de la felicidad, la mordemos y se cumplen. Un abrazo y buen Camino siempre.