“Se escucha con gusto a los parleros, y se suelta la lengua de los más premiosos”.  

Conversación con Guilherme R, (15 sept ’22): recomiendo que la peregrinación en grupo favorezca que se alterne la marcha compartida con tiempos para caminar en solitario: ‘me adelanto’ o ‘seguid adelante, yo me retaso un poco’, ‘os veo en Terradillos…’.  Elasticidad para rebajar un ritmo de marcha común, fatigante para algunos. Forzar conversación banal durante horas empobrece la comunicación. Alternar momentos de gran grupo con grupo más reducido o en pareja, o en solitario distanciándose a unos metros del grueso.

Discernir por intuición con quién vas compartir etapa al día siguiente.

Notas de M. C.: Charlar con un compañero ocasional desconocido enriquece si hay tiempo y salta empatía: aprendí geografía del Brasil caminando horas con una brasileira y conocí el sistema universitario alemán, en 2012, haciéndolo con un estudiante de ese país, una y otro compañeros de ocasión.

Los peregrinos de larga distancia lo hacen en solitario y no gustan del grupo. Juzgan que el grupo tiende a vivir al calor de su identidad y le es más difícil relacionarse con el resto de los peregrinos. El peregrino solo se ve obligado a hacerlo.

Los grupos escolares han desarrollado pautas: sin móvil, sólo el del encargado del grupo informa a familias a tales horas.  Recomendaciones: agradecer todos los servicios, saludar al paso, no ser escandalosos, acomodar al paso del más lento; estimular al que flaquea. Se les estimula a practicar unos mínimos: ¡buen camino!  al sobrepasar, girar la cabeza y sonreír. El líder del grupo debe favorecer una apertura real a los demás peregrinos aunque ello suponga una leve pérdida de su identidad. La riqueza del Camino brota también en encuentros insospechados.

María, muchacha árabe de Israel, me confesaba en Belén: “peregriné con mi club de Jerusalén, con otro español, desde Vigo a Santiago este julio 2022 y me relacioné con chicas estupendas; no lo hubiera hecho de otra forma

La estrategia de Bookjaens, que tiró de mí desde San Antón hasta Castrojeriz en mayo 2015: “andaremos cuatro minutos, paramos uno”, su mochila a la espalda, la mochila mía en el pecho.

Algunas parejas son elásticas, como chicle. Conocí suegro y yerno que peregrinaban: discutían y amigaban sucesivamente; otra pareja se deshizo después de algunos días de disparidad; otros desayunaban y cenaban juntos en el albergue, el resto de la etapa lo hacían por separado.

Mario Clavell is peregrino, escritor y miembro fundador de la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago (AGACS).