Nació en Santiago hace 62 años. Su primer Camino fue en bicicleta, hace unos diez u once años, y lo recorrió porque heredó la bicicleta de un peregrino chileno.

Su hijo se había encontrado con un peregrino, un hombre chileno que le preguntó por la parada de autobús para salir hacia el aeropuerto y también si sabía qué podía hacer con su bicicleta que tenía en una consigna. Su hijo se ofreció a acompañarle hasta el autobús y le dijo que tal vez tendría problemas y no le dejarían llevarla así, a última hora. Una vez en el autobús, cuando el peregrino iba a subir, le ofreció ocuparse de su bicicleta, enviársela a portes pagados a Chile. Entonces el peregrino le dijo que no, que prefería regalársela, le dio una llave de la consigna de bicis de la vieja oficina del Peregrino y le dijo cógela y quédatela.

El peregrino chileno había recorrido 5.000 kilómetros con aquella bicicleta que su hijo llevó a casa y, de algún modo, él acabó heredando. La arregló, le puso un nombre y, finalmente, se fue a hacer el Camino con ella como su anterior propietario.

Era 2008 cuando decidió recorrer el Camino Francés desde Saint-Jean-Pie-de-Port, en el mes de junio. La experiencia le encantó, no había saturación y pudo encontrar y conocer a mucha gente porque, aunque iba en bici, iba –y siempre va- muy tranquilo, recorriendo etapas breves. Recuerda que en aquella ocasión encontró a muchos franceses y alemanes. Se quedaba a dormir en albergues, una experiencia que también le gustó, no lo hacía tanto por el dinero como por vivir esa experiencia, de hecho el dinero que ahorraba durmiendo en esos establecimientos se lo gastaba en comer bien.

Después de esa primera experiencia ha recorrido muchos Caminos en bicicleta, la mayor parte de las rutas del Camino de Santiago. Después del Francés recorrió el Camino del Interior de Portugal desde Viseu por Chaves y Verín y la Vía de la Plata desde Sevilla, un Camino duro por el calor que recorrió, como suele hacer, en primavera. Luego repitió el Francés en varias ocasiones, iniciando en puntos diferentes y muchas otras rutas, la mayoría de las del Camino de Santiago: el Camino Inglés, el Camino Norte por la Costa (desde Irún), el Camino Primitivo desde Oviedo y el Portugués, que recorrió como un circuito, desde Vigo descendió y luego regresó desde Viana a Santiago. También ha recorrido algunas rutas menos conocidas, como la de San Andrés de Teixido.

La mayoría de sus caminos los ha recorrido en bicicleta pero también en alguna ocasión fue a pie, recuerda que caminó desde León al Salvador de Oviedo un mes de junio, fue una experiencia espectacular, con mucho sol, mucha luz.

Hace tres años, recorriendo el Camino Portugués, descubrió en un albergue la existencia del Camino de la Geira, una ruta histórica entre Braga y Santiago, pendiente de señalizar pero cargada de historia y que atravesaba parajes naturales de gran belleza. Le interesó mucho la idea y, finalmente, hace dos años decidió recorrerlo.

El Camino de la Geira es un itinerario para recorrer a pie, con mucha dificultad para una bicicleta porque apenas pisa el asfalto. La primera vez que lo recorrió era otoño, comenzó el 12 de octubre. Le encantó todo el tramo portugués, desde el inicio en Braga, donde visitaron la catedral y comenzaron a caminar. Se orientaban por la web <www.debragaasantiago.com> que ha creado la asociación de Codeseda, siempre con el criterio de que, cuando era posible elegir, utilizaban caminos de tierra.

Hizo el Camino con un grupo de 12 personas y en diversos tramos y momentos. Lo recorrían en etapas breves, querían disfrutar del Camino, una ruta difícil, de aventura, pero bellísima. El primer tramo de Camino que recorrieron fue el portugués que en gran parte sigue una calzada romana y está bien cuidado y señalizado, la señalización responde a la calzada pero también a su carácter de itinerario a Santiago, pues han pintado ya muchas flechas amarillas.

Lo recorrieron en cuatro etapas, en lugar de las tres que señalan las guías existentes. Después de Braga pararon en Caldelas, un pueblo balneario precioso; la segunda etapa caminaron hasta Geres y le pareció espectacular, al igual que el albergue de la juventud donde durmieron; la siguiente etapa fue hasta Lobios, es preciosa, discurre junto al río, y en Lobios hay buenos hoteles; la siguiente etapa querían caminar hasta Castro Laboreiro, pero finalmente tuvieron que parar A Meixoeira, un pueblecito de frontera.

La parte gallega, más larga, la recorrieron en varios fines de semana a lo largo de ese invierno y primavera, por eso la recorrieron con lluvia, nieve y sol. Todos quedaron encantados, les pareció espectacular. A la belleza natural se suman muchas aldeas antiguas, varias de ellas abandonadas, todo de piedra, preciosas.

Frente a Portugal, eso sí, el Camino está más descuidado en Galicia, haría falta que los ayuntamientos lo limpiasen, en realidad cree que a este Camino sólo le falta eso: limpieza manual y señalización. Lo dice porque, realmente, el Camino está siempre presente, se ve, existe una senda muy clara, una ruta, con restos, no son restos de calzada romana como en el tramo portugués sino más claramente de caminos medievales. Pero insiste en que se ve la ruta histórica al caminar, tienes en todo momento la sensación y consciencia de que recorres una ruta, solo necesita limpieza y señalización, flechas amarillas como las que empiezan a pintar en Portugal algunas asociaciones. Es lo que falta para esta ruta: mejorar la señalización en Portugal y señalización y limpieza en Galicia.

Como ciclista experimentado cree que es un camino duro para ir en bicicleta, pero ciertamente en bici de montaña se podría, habría que hacerlo sin mucho peso. Caminando no es tan duro, sobre todo si no intentas recorrer grandes distancias, algo que en algunos casos es difícil por las infraestructuras, pero ellos encontraron siempre lugares para dormir. El Camino es sí es hermoso, sin apenas asfalto y sin demasiada dificultad porque no hay grandes alturas.

El Camino de la Geira ofrece una naturaleza espectacular, un recorrido que permite llegar a Santiago en 10 u 11 etapas y que, a quien lo desee, le permitirá vivir una experiencia de soledad, de experimentar lo que es ser un peregrino, alejarse un poco del mundo y de la vida cotidiana. Pero quien quiera recorrerlo en grupo, como ellos hicieron, tendrá también una experiencia muy satisfactoria.

Otra ventaja de esta ruta es la entrada en Santiago, que no coincide con otros Caminos, sólo desde el Sar con la Vía de la Plata, y por tanto te permite entrar en Santiago sin masificación de ningún tipo. Y puntualiza: no tuvieron problemas de cobertura, con lo cual utilizar Internet y Wikiloc es posible.