Ha venido desde Estado Unidos con una amiga, las dos comenzaron juntas su Camino pero después han caminado gran parte del recorrido separadas, intentando vivir cada una de ellas su propio Camino.

La idea de hacer el Camino fue suya. Conocía el Camino porque sus padres habían recorrido España y Portugal en bicicleta, cruzando muchas veces el camino, no lo habían recorrido pero lo habían cruzado muchas veces, visto las señales y a los peregrinos. Le hablaron de ello, se informó un poco y, finalmente, vio la película The Way: fue entonces cuando decidió hacerlo. Se sentía muy interesada, tanto espiritual como físicamente, desde el comienzo pensó que hacer el Camino sería bueno para ella.

Empezó a planearlo dos años atrás, enseguida se decidió por el Camino Portugués. Tenía algún conocimiento de Europa y Portugal le interesaba, además la distancia entre Lisboa y Santiago le parecía perfecta para el tiempo del que disponía. Físicamente no le preocupaba, va regularmente al gimnasio y en ese sentido se sentía bastante preparada, de modo que sólo al final, durante algo más de un mes, dos al máximo, salió a entrenar caminando.

Una vez en el Camino le impresionó la belleza del escenario, la naturaleza, la cultura, pero lo verdaderamente importante para ella fue la gente: encontrar gente, escuchar sus historias, hacer amigos, compartir experiencias.

Otro aspecto importante de su Camino fue que le ayudó a aprender a no preocuparse mucho. Se dio cuenta, por ejemplo, de que si se pierde siempre encontrará a alguien que le ayude. En ese sentido la lección más importante del Camino es la de no preocuparse mucho y dejar que las cosas vayan adelante, sin intentar controlarlo todo. Eso es algo que quiere llevarse a casa con ella: dejarse ir, comprender que los pequeños problemas no importan, que cada día pasan pequeñas cosas y se resuelven. Lo resume con su experiencia de perderse, ella se perdía mucho, pero eso no es un problema, acabas encontrando de nuevo el Camino, al final simplemente decía: ok ya me perdí otra vez. Adoptó una actitud mucho más relajada respecto a la vida, un easy going.

Es profesora, enseña a adolescentes y este año le tocó una clase bastante difícil, necesita paciencia con ellos y el Camino también le ayudó con eso… aunque es cierto que, en cierto modo, ya traía un cierto entrenamiento de su trabajo. Pero cree que en el Camino mejoró como profesora, en realidad cree que el Camino te hace mejor, en su caso mejor profesora pero también que se mejora como ser humano.

La experiencia ha sido muy positiva, muy positiva para ella y también para su amiga. Las dos comenzaron con un montón de problemas físicos: alergia, fiebre… Pero al final todo fue tan bien que incluso se olvidó de comentarlo hasta ahora, porque luego todo fue fantástico. Ahora están en Santiago de nuevo juntas y han decidido continuar todavía unos días más, van a Fisterra-Muxía, quieren completar allí su Camino.