Michael es un hispanista, enseña lengua y cultura española en una universidad. La primera vez que oyó hablar del Camino fue en los años 84-85, estaba en Castellón de la Plana, había hecho sus prácticas como profesor y al terminarlas decidió viajar con su mujer por España. En su viaje pasaron por Zamora y allí les hablaron del Camino, ellos se dirigían a la ciudad de Santiago pero no sabían nada de su peregrinación. Desde que oyó hablar de él empezó a darle vueltas a la posibilidad de hacerlo, no dejó de pensar en ello hasta que, finalmente, en 1995 lo hizo con su mujer.

No llegó al Camino por ser profesor de español, pues sus estudios no estaban vinculados al Camino o a la historia de España, hizo una tesis sobre literatura latinoamericana, sobre Cortazar. Pero su interés por la cultura española fue uno de los elementos que lo motivaron a hacer el Camino, si bien lo que más pesó al inicio fue su interés por el senderismo, que practicaba en los parques naturales de Estados Unidos. Su idea era caminar mucho y ver España: naturaleza, arte, monumentos, arquitectura.

Su primer Camino con su mujer lo hizo desde Roncesvalles, les encantó y repitieron pronto, haciendo un segundo Camino -igualmente desde Roncesvalles- con su hijo de tan sólo un año y medio. Fue posible porque iban en grupo, con un coche de apoyo. Ese hijo, por cierto, se llama Jacobo. Después tuvieron más hijos y la vuelta al Camino se fue postergando casi 20 años, hasta el 2016, cuando volvió a caminar desde Saint-Jean-Pie-de-Port. Este año, 2018, ha sido su cuarto Camino y lo ha recorrido desde Astorga.

El Camino Francés le interesa más que otras rutas por el peso que en él tiene la historia. Pero también le interesan las relaciones con las personas, el encuentro con gente de todo el mundo y de todos los tipos. En su primer Camino pasó mucho tiempo con un chico, alguien que había tenido problemas legales por drogas, alguien de un mundo muy lejano al suyo, que no habría encontrado nunca fuera de ese contexto y con quien conectó profundamente. Era 1995, todavía no había tantos peregrinos y quienes caminaban se encontraban con frecuencia en los albergues y a lo largo de diferentes etapas.

Frente a la idea que tienen algunos del Camino como una forma de escapar de la realidad, él cree que es más bien todo lo contrario: un modo de entrar en la realidad, de volver a la realidad que con frecuencia perdemos de vista. Hacer el Camino lo pone en relación con el tiempo.

Le interesa la experiencia de la apertura que vive en el Camino, el hecho de que allí la gente se abre más y habla de cosas importantes. Con el Camino y otras experiencias ha ido aprendiendo lo que es importante para él en la vida, algo del orden de ver y encontrar: lugares, personas. Pero es fácil vivir siempre de acuerdo con lo que es importante, por eso repite, para hacer una inmersión en lo que le importa.

Le gustaría hacer el Camino con sus hijos, pero de momento ellos prefieren hacer viajes grandes, de aventura. Cree que no ha llegado el momento, pero acabarán por hacerlo.

Sabe que él hará el Camino más veces. La combinación de caminar y conocer a gente que encuentra allí no la encuentra en otro lugar. Eso es para él la esencia del Camino: tener el tiempo y andar, dejarse ir sin la cantidad de información y propaganda en la que vivimos inmersos, andar, hablar, dejar que tu cerebro –de algún modo- piense lo que quiera, dejar que surja algo que él mismo hasta cierto punto no controla.

En su país, habla del Camino en sus clases en la universidad, siempre en sus cursos de civilización de España. Y sabe que varios de sus alumnos han hecho el Camino. Cree, eso sí, que lo que más ha contribuido a que los americanos viniesen fue la película The Way. Por ejemplo, hace dos años hizo el Camino con su hermano; solían hacer senderismo juntos en Estados Unidos pero nunca había querido hacer el Camino, sin embargo, cuando vio la película decidió acompañarlo.

Además de sus Caminos a pie, Michael ha vivido una experiencia particular: recorrió el Camino desde Le Puy a Santiago en coche con dos amigos peregrinos, tocando y cantando, caminando a lo largo de algunos tramos. Su idea era, sobre todo, la de tocar y cantar. Fue fantástico.

De sus experiencias del Camino tal vez surgirá algo… trabaja en un escrito desde hace tiempo, algo con carácter de ficción, probablemente publicará una novela.