En la actualidad la denominación Camino Portugués recoge una serie de vías y caminos alternativos que se fueron generando a lo largo de los siglos, siendo el más reconocido y documentado el conocido como Camino Central Portugués, que une las ciudades de Lisboa y Santiago. Entre las otras vías más transitadas por los peregrinos destaca el Camino Portugués por la Costa, que por su belleza natural es cada vez más transitado, y el Camino Portugués del Interior, con tanta carga histórica como el Camino Central.

Existen además muchos otros itinerarios secundarios que las asociaciones de peregrinos y las administraciones públicas portuguesas están recuperando y señalizando. Entre ellos algunos itinerarios en el sur del país, otros en torno a la ciudad de Lisboa y un tercer grupo cercanos a la frontera española y ligados a la Vía de la Plata, de la que existen variantes portuguesas conocidas bajo esa denominación general o por el nombre de los personales que los recorrieron o documentaron, como el Camino Torres, vinculado a Diego de Torres Villarroel. A todos ellos hay que sumar un itinerario histórico que une las ciudades de Braga y Compostela conocido como Camino de la Geira.

Para el peregrino que desee recorrer una de las rutas del Camino Portugués, en la actualidad recomendamos los tres itinerarios principales, actualmente bien señalizados y con los servicios suficientes para garantizar una peregrinación sin demasiados problemas. Con el fin de facilitar la elección de la ruta, ofrecemos aquí una introducción a las distancias, etapas estimadas y principales hitos o localidades que atraviesan.

En el caso del Camino Central, los datos esenciales sobre distancias y etapas son: desde Lisboa a Compostela la distancia a recorrer es de aproximadamente 604 kilómetros que, teniendo en cuenta la dificultad e infraestructuras, la mayor parte de las guías dividen en 19 etapas; si el peregrino opta por comenzar en Oporto los kilómetros se reducen a 236 y las etapas a 10.

Si los hitos o ciudades son un elemento fundamental para elegir ruta, en el caso del Camino central podemos destacar su paso por Lisboa, Santarem, Coimbra y Oporto. Desde Oporto existen dos opciones, la de caminar de forma más directa hacia Tui a través de Barcelos, o desviarse para visitar la ciudad de Braga para lo que habrá de caminar unos 25 kilómetros más. El Camino sigue a través de Ponte de Lima y entra en Galicia por Valença, atravesando Tui, Redondela, Pontevedra, Caldas de Reis y Padrón, desde donde finalmente se alcanza la ciudad de Santiago.

El Camino de la Costa comienza en la ciudad de Oporto y su recorrido hasta Santiago es de 296 kilómetros que, siguiendo las mismas razones prácticas señaladas –dureza del territorio, existencia de albergues y otros servicios- suelen dividirse en 11 etapas.

El hito más importante de este recorrido es, sin duda, la presencia del océano Atlántico, que acompaña al peregrino a lo largo de la mayor parte del recorrido entre Oporto y Redondela, donde se une al itinerario del Camino Central. Entre las ciudades o pueblos que atraviesa destacamos los de Vila do Conde, Esposende, Viana do Castelo, Caminha y, ya en territorio gallego, A Guarda, Baiona y Vigo.

La tercera opción que recomendamos a los peregrinos es el Camino del Interior que, como hemos comentado, posee una gran importancia histórica, estando tan documentado como vía de peregrinación como el Camino Central. Aunque históricamente inicia en el Algarve, en Faro o Tavira, el recorrido recuperado y señalizado que suelen realizar los peregrinos comienza en Forminhao, al sur de Viseu, y consta de 395 kilómetros que normalmente se dividen en 18 etapas.

Respecto a los hitos más conocidos o importantes de su recorrido, atraviesa las localidades de Viseu, Lamego, Vila Real y Chaves. Entra en Galicia por Verín y continúa hacia Santiago a través del Camino Sanabrés, variante de la Vía de la Plata, atravesando Xunqueira de Ambía, Ourense, Cea, Dozón y Silleda, entrando en Compostela por las cercanías del Pico Sacro.

Foto: Hemos tomado esta imagen del proyecto Commons Wikipedia, su autor es Paulusburg.