Miguel Pérez Cabezas acaba de ser nombrado coordinador de la junta directiva provisional del Camino Francés Federación de la que forman parte las asociaciones jacobeas de Burgos, Logroño, Estella y Astorga, y lo será hasta que ratifiquen los cargos en la próxima asamblea general. Esta decisión de constituir una directiva provisional deja claro el espíritu de la nueva federación: quieren trabajar por el Camino francés desde el primer momento de su constitución y hacerlo de forma colegiada.

Socio fundador de la Asociación de Astorga, ha trabajado y estado presente en todas las actividades importantes de la asociación, incluida la compra y gestión del albergue, también ha sido coordinador de la Asociación de Pueblos de la Vía de la Plata entre 2000 y 2010, consiguiendo situarlo como segundo Camino más transitado. Más tarde fue, junto a otros colegas de las asociaciones de Astorga y Jaca, el promotor de la Asociación de Municipios del Camino de Santiago, que logró y logra sentar en la misma mesa a todas las fuerzas políticas del país. Desde Camino Francés Federación quiere continuar ese trabajo, porque en el Camino Francés, frente a lo que se piensa, “hay todavía demasiados temas pendientes que solucionar.”

-‘El Camino Francés Federación’ (CFF) acaba de nacer, en un contexto lleno de asociaciones y federaciones. Querría saber algo de la especificidad de esta nueva organización. La elección del nombre, anteponiendo el Camino Francés a la referencia a la federación, ya señala que la centralidad es el itinerario… ¿Por qué una Federación para el Camino Francés?

Porque nos encontramos en un momento clave donde el Camino de Santiago se juega su supervivencia. El Camino es un fenómeno único en el mundo que hunde sus raíces en una historia milenaria, pero que está a punto de convertirse en una mera marca de atracción turística, con un denodado esfuerzo de las instituciones para conseguirlo. Y nosotros nos sentimos, de alguna forma, los depositarios de una parte de ese legado de 1.000 años y por tanto con la responsabilidad de intentar que esto no suceda. Un Camino que no tenga en cuenta su base espiritual, que no cuide sus esencias, que no luche por la pervivencia de sus valores no tendrá futuro. Dejará de ser un fenómeno único.

Por otra parte, con respecto al Camino Francés, es importante empezar a dejar claro algunas cuestiones claves. La primera sería que, si bien todos los caminos a Santiago merecen el máximo de los respetos, no todos son iguales. Hay que tener en cuenta que el Camino Francés es el único que fue creado expresamente como tal camino. De ahí que, de manera acertada, se le denomine con el “de” de Santiago. Es el único donde se unió una voluntad política, religiosa y social que llevó a fundar ciudades, construir puentes y trazados ex proceso o a realizar una legislación expresa para poder peregrinar a los confines del mundo. El conjunto completo, casi como un corpus de acciones, de todos estos hechos como tales no se producen en ningún otro camino. Es un camino que se crea para unir España con Europa, que cambia debido a esto, la concepción comercial existente de tránsito de la península de norte a sur por una de este a oeste con la finalidad de unirnos de nuevo con el resto del continente.

Además, en fechas recientes, es el que ha sido condecorado con el máximo de “galones” posibles por su valor histórico y patrimonial: 1º Itinerario Europeo, Patrimonio de la Humanidad y B.I.C. en todo su trazado. Y estos premios a toda una historia, no se debe olvidar, son también responsabilidades para las gentes que viven el mismo, obligados a cumplir una legislación de protección que no ocurre en otros caminos. Y para las instituciones que, con motivo de la legislación y premios que le han otorgado, están obligados a responder a la misma.

El Camino Francés es también, tras los años trascurridos, el gran camino en número de peregrinos del mundo, muy lejos de las cifras de todos los demás. Y esto es así porque además cuenta con una infraestructura única relacionada con la denominada Acogida Tradicional. Una actividad tan antigua como el propio camino, llevada a cabo a base de cientos de voluntarios de todo el mundo, que ha permitido entre otras cosas, que seamos el camino que más rápido se recuperó tras el cierre del país por la pandemia; el camino que propuso y lideró un sistema de protocolos sanitarios para abrir los albergues; que promovió campañas para recuperar la peregrinación y que está ayudando a desestacionalizar el peregrinaje gracias a que durante todo el invierno sus albergues siguen abiertos.

Y a pesar de todo ello, el Camino Francés debe hacer frente a una permanente publicidad negativa y a una situación de caída porcentual de peregrinos. En la última década hemos pasado de representar +/- el 85% de los peregrinos en 2009, a un 56% de peregrinos en 2019, una pérdida de casi el 30%. De esa pérdida tenemos algunos datos de sumo interés: como es el hecho de que en el mismo tiempo los caminos españoles en su conjunto apenas han crecido un 4% y la subida fundamental se ha producido en los caminos portugueses con un ascenso de más del 25%. Queremos que los otros caminos españoles tengan presente y se den cuenta que cuanto mejor le va al Camino Francés mejor le va a ellos. No debería haber competencia entre los itinerarios, debemos ser complementarios y no perder las esencias jacobeas. La buena experiencia en el Camino Francés, mayoritario en peregrinos, produce el deseo de hacer otros caminos, y eso siempre ha sido así.

Por último, está la publicidad negativa que sufrimos en los últimos años, muchas veces alentada por nosotros mismos, y otras lanzadas con intención desde el exterior. Como ejemplo algunos estereotipos que a fuerza de repetirlos parecen que se han convertido en lema y no son ciertos.

El primero que queremos negar es que NO es cierto que el Camino Francés esté masificado de peregrinos. No lo está ni en ningún tramo del camino ni en ninguna época del año. Si quitamos senderistas de fin de semana o excursionistas curiosos que se acercan al camino en algunos tramos, el Camino Francés es todavía un camino con mucho potencial de crecimiento de peregrinos que pueden disfrutar de una experiencia única. Si además pensamos en zonas como la entrada por Aragón, donde apenas se alcanzan los 2.000 peregrinos al año, es difícil pensar en masificación.

Otro mantra curioso es el salto de peregrinos en la zona entre Burgos y Palencia por la dureza de sus etapas en verano. Cualquiera que conozca las pautas del peregrino sabe perfectamente que madruga y, por lo general, a media mañana ya suele estar descansando en el lugar de parada. No parece pues suficiente disculpa la del exceso de calor la que permita saltarse esas etapas. Igual que no lo es que en pleno invierno, salvo nevada excesiva, se dejen de subir los puertos de Roncesvalles, Foncebadón u O Cebrerio. Nos tenemos, por tanto, que en cierta manera detrás hay una especie de bulo que nosotros mismos nos hemos llegado a creer y a difundir. Dicho esto, creo que nadie debería perderse en los días de verano las llanuras burgalesas y palentinas donde podrán contemplar las más extraordinarias salidas y puestas de sol que uno pueda imaginar. También que, en el camino, como en la vida, nos encontraremos momentos felices y momentos difíciles y esto, junto con su superación, es lo que lo convierte en una experiencia vital única.

Por eso CFF nace con el objetivo de defender al Camino Francés. En el convencimiento de que, si somos capaces de lograr que el Camino Francés mantenga sus valores, nuestro trabajo repercutirá en el resto de los caminos. Vamos a identificar los problemas y a buscar soluciones, soluciones con las que esperamos poder encontrar respuestas o incluso anticipar problemas para otros caminos.

-Dentro del grupo inicial de socios fundadores de CFF están presentes la mayoría de las grandes Asociaciones de Amigos del Camino de este itinerario, pero también la Cofradía del Santo de Santo Domingo de la Calzada y una entidad supranacional como la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago… ¿A qué tipo de organizaciones está abierta CFF?

A todas aquellas que, de una manera directa, pero también diversa, trabajan por el Camino Francés. En ese momento están presentes todas las asociaciones del Camino Francés, pero también podrán colaborar con nosotros asociaciones extranjeras que traen voluntarios al Camino Francés y gestionan albergues y, en general, todas aquellas organizaciones que velen por el Camino Francés de una u otra manera. Entendiendo que no todas tendrán el mismo papel dentro de nuestra organización. Las Asociaciones de Amigos del Camino serán la columna vertebral de la organización, con el máximo de responsabilidades, pero junto a nosotros intentaremos que otras agrupaciones y organismos tengan cabida de una forma u otra en la medida que actúan en beneficio del camino. El Camino Francés, por su naturaleza, no puede ni va a ser excluyente.

-Respecto al trabajo de la CFF, en primer lugar, querría preguntarte por los valores y objetivos con los que nace y que determinarán vuestros proyectos…

Los valores son intrínsecos al Camino y nuestro deber es fomentarlos y defenderlos. En cuanto a los objetivos, sí que tenemos una serie de objetivos básicos y de carácter general:

1/ Dar una voz única al Camino Francés, aunque podamos incluir en nuestras aportaciones otras voces, queremos que la nuestra sea fuerte, de referencia y autorizada por estar plenamente integrada en el territorio y en el día a día del Camino. No en vano estamos formados  por algunas de las organizaciones más importantes e históricas de la historia reciente del Camino;

2/ Proteger y defender el trazado, porque lamentablemente cada año sigue desapareciendo algún tramo del mismo. Atenderlo y protegerlo con ahínco, siendo leales con las instituciones, pero a la vea reivindicativos y rigurosos en la denuncia de desmanes cuando sea necesario;

3/ Atender y proteger al peregrino mediante la Acogida Tradicional. Queremos ser un modelo de cómo cuidar y atender a los peregrinos en el Camino de Santiago, protegiendo esta actividad. En paralelo, y en la medida de lo posible, con acciones conjuntas con otras organizaciones del camino que lo llevan haciendo estos años;

4/ Fomentar el peregrinaje de larga distancia. No quitamos valor a quien sólo puede realizar un camino breve, pero creemos que el Camino es una experiencia vital y que esta se adquiere con la larga distancia. No siente lo mismo el peregrino que llega a Compostela 30 días después de, sufrir y disfrutar del paisaje, del la meteorología, de las gentes de los pueblos por los que pasa, del rato con otros peregrinos en los albergues… que quien llega tras 100 kilómetros y apenas 4 días. Cuidar la experiencia de la peregrinación es un elemento fundamental para nosotros;

5/ Ser interlocutores de referencia con las administraciones. Si tenemos experiencia, ideas, conocimiento y también gestión, no podemos dejar de ser un elemento de referencia para las administraciones. Y así deben entenderlo.

-A partir de los valores y objetivos que acabas de comentar, ¿qué proyectos o intervenciones tenéis ya decididos?, ¿existen acciones específicas que la CFF pondrá pronto en marcha?

Existen ya proyectos o medidas específicas, pero fundamentalmente formalizaremos un plan de trabajo a partir de la formación de la Junta Directiva definitiva que salga de la Asamblea General.

Sí tenemos claro que vamos a trabajar en el peregrinaje de largo recorrido con la idea de premiar o dar incentivos en positivo para quien lo haga. Beneficios que queremos que puedan obtener de las asociaciones, de las instituciones, de los municipios, de la iglesia, etc.

También tenemos claro que queremos proteger un modelo de acogida e intentar que se implante en todos los albergues del Camino Francés. Al menos en los albergues de las asociaciones que están implicadas formando una red de uso unificada.

Defenderemos también las esencias del camino generando una serie de documentos programáticos que permitan, a quien los lea, reflexionar sobre sus singularidades, entenderlas y, en la medida de lo posible, fomentarlas.

Queremos explicar, y lo estamos haciendo ya, a los responsables de turismo que lo importante no es promocionar la marca Camino de Santiago, sino identificarla con sus esencias y presentar estas como algo a proteger, en la medida que lo convierten en destino único en el mundo.

Está en ADN del Camino de Santiago ser lo más cercano al turismo responsable y sostenible, en realidad ya lo era antes de que ese modelo existiese. Pero es mucho más que eso, es una experiencia vital y espiritual y en su obligación está protegerla y preservarla.

Y denunciaremos además, donde sea necesario, los desmanes que se provoquen al trazado del Camino como Bien de Interés Cultural que es.

-¿Qué relaciones os plateáis a nivel territorial? Me refiero a quiénes querríais que fuesen vuestros interlocutores privilegiados, si os planteáis un trabajar con administraciones territoriales locales, provinciales, a nivel de CCAA…

Queremos trabajar y relacionarnos con todas las administraciones, desde la local – que tiene necesidad de interlocutores que les hablen de la realidad del Camino y les informen de cómo proceder -, a la provincial – que suele ser la gran olvidada del Camino y la que más invierte cada año – pasando por administración regional y la administración nacional. Para nosotros todas son importantes.

Sabemos que cada una puede tener un papel y constituir un elemento importante para abordar y solucionar problemas. Por ejemplo, en el caso de la administración central cada ministerio tiene un papel en el Camino: seguridad, fomento, cultura… Todos tienen funciones en el mismo, pero en la mayoría de los casos no existe coordinación entre ellos y cada año se repiten inversiones duplicadas o mal entendidas y se dejan aspectos importantes sin solucionar. Hace años que se exige que desaparezcan los cruces peligrosos en el Camino y, hoy por hoy, todavía existen en un número muy alto.

Y, desde luego, queremos trabajar mucho con las asociaciones jacobeas españolas y extranjeros.

-Has hablado ya de la acogida al peregrino como uno de vuestros objetivos, ¿podrías contarnos un poco más del papel de la hospitalidad en el CFF?

Es fundamental. Para nosotros el Camino se sostiene en tres patas: las asociaciones, muchas de ellas con albergues; el trabajo sobre el trazado: de señalización y cuidado; y la acogida y atención al peregrino.

Nuestro modelo es la acogida tradicional, estamos decididos a hacernos cargo de su protección e implantación donde sea posible – colaborando codo con codo con uno de nuestros socios: la F.I.C.S. que se ha convertido la abanderada de su protección y promoción. Todo ello porque sabemos que si la acogida tradicional se pierde los peregrinos desaparecerán, tendremos otra cosa, pero no peregrinos.

No se trata simplemente de defender un modelo de acogida por su tradición e historia, es que sobre él se sustenta uno de los elementos más valorados del Camino que es su universalidad. La acogida tradicional es la que permite hacer el Camino a peregrinos de muchos países del mundo donde el poder adquisitivo no es muy grande. La contención de gasto que permite la acogida tradicional, austera y ejercida por voluntarios, lo hace posible. El funcionamiento es sencillo: cada peregrino que aporta una cantidad o deja un donativo, permite que al día siguiente se pueda abrir el albergue para los siguientes peregrinos, el esquema lo completa la participación de miles de voluntarios del mundo que ayudan y colaboran en la gestión de estos espacios. El conjunto es un ejemplo de solidaridad, colaboración y ayuda mutua, además de ejemplo de economía circular.

Por otra parte, la acogida tradicional es un fenómeno absolutamente original a nivel mundial. Otro valor fundamental del Camino que tenemos que defender.

Si el modelo se pierde, también se perderá una parte fundamental del espíritu del Camino. Evidentemente, sabemos que tiene que convivir con otras iniciativas, como la privada, que deben ser respetadas y es bueno que existan. Otras opciones son posibles, pero para nosotros la columna vertebral del Camino es la acogida tradicional y hay que protegerla.

Con respecto a la misma, queremos crear documentos que permitan entender lo que es el, que aclararen sus conceptos sobre la misma y que genere orgullo por contar con una iniciativa ancestral que tras siglos no se ha perdido en el Camino. Proteger la Acogida Tradicional pues, es proteger el Camino.

-A partir de vuestras reuniones y trabajo, ¿podrías hacer algún comentario sobre cómo veis la situación del Camino Francés de cara a este Año Santo 2022?, ¿y a medio plazo, en los años siguientes?

Para nosotros el Año Santo 2022 prácticamente está terminado desde el punto de vista de fastos y celebraciones, algo en lo que lamentablemente se ha convertido para las instituciones. Nos preocupa más el futuro del Camino: si se va a seguir explotando la marca sin importar el fondo y lo que significa, si se va a pensar en los peregrinos, si las asociaciones que llevamos años atendiendo el Camino por nuestra cuenta, y tenemos un conocimiento amplio, vamos a tener voz a la hora de encarar los problemas, etc..

El Camino de Santiago tiene la fortuna de tener organizaciones de voluntarios que trabajan en todo el mundo para que gente de todos los países Caminen a la tumba de Santiago y no se debe modificar o desvirtuar esa realidad. Nosotros queremos ayudar a comprender ese tipo de cosas, queremos colaborar para que esa desvirtualización no se produzca y los peregrinos, tal y como está ocurriendo, vuelvan al Camino.

La creación de la CFF responde un poco a todo esto. A la necesidad de pensar en términos de futuro sobre el Camino mirando permanentemente a su pasado. Y en ese sentido somos un ejemplo singular, unas organizaciones nacidas hace más de 30 años que, tras años de bregar de manera ímproba por sacar el Camino del ostracismo, se vuelven a poner a la cabeza con la misma ilusión de cuando se crearon. En esta situación al Camino Francés no le queda otro remedio que tener futuro.