Molinaseca es uno de los pueblos más populares y bellos del Camino de Santiago. Situado en el Bierzo (León), a 6 kilómetros de Ponferrada, el peregrino lo alcanza tras recorrer la etapa del Camino Francés que atraviesa o parte de Rabanal.

El peregrino llega a Molinaseca pasando junto al santuario de la Angustia y cruzando el río Meruelo por su magnífico puente medieval. Se encuentra entonces inmerso en una villa de arquitecturas de piedra, madera y pizarra -muy similares a las gallegas- que constituye un conjunto histórico perfectamente armónico con su entorno natural. Las casas, iglesias y monumentos parecen surgir del paisaje. En muchas de esas arquitecturas, el peregrino puede ver todavía blasones y piedras de armas que testimonian su importancia en el pasado, importancia ligada a dos elementos: el puente sobre el río Maruelo y el Señorío de Molinaseca.

Como tantos pueblos que surgieron en torno a las calzadas romanas y vías medievales, Molinaseca habría surgido y crecido en torno al citado paso sobre el río Maruelo, conocido como “Puente de los Peregrinos”. La importancia de los puentes en otros siglos era enorme, ya que a veces en decenas de kilómetros no había otros pasos que permitiesen a los peregrinos, viajeros y comerciantes continuar su camino.

El puente de Molinaseca es probablemente de origen romano, pero su estructura actual responde sobre todo a una fábrica medieval románica y a algunas reformas posteriores, principalmente de los siglos XVIII y XX. Los siete arcos u ojos que se conservan son el fruto de la construcción medieval, siendo los tres primeros los que parecen haber sufrido menos modificaciones posteriores. Otro aspecto interesante y muy visible del puente, es la variación de su ancho, que pasa de los poco más de 2 metros de su entrada a casi 4 en su otro extremo, a la entrada del caserío.

Respecto al señorío de Molinaseca, fue creado en tiempos de Alfonso VI, siendo su primer señor fue el conde Ramiro Froilaz, sobrino del Cid Campeador. A partir de ese momento se comenzaría la construcción de casas nobles y blasonadas –de las que todavía quedan trazas en la Calle Real- y la dotación de las primeras ermitas y capillas de la villa. Por ejemplo, en el siglo XI se han documentado ya las ermitas de Ntra. Sra. de las Angustias y la de San Roque. Probablemente, también en aquellos tiempos tuvo su origen el actual Santuario de las Angustias, que se alza a la derecha del Camino de Santiago.

Junto al puente, el gran monumento de Molinaseca es su iglesia barroca dedicada a San Nicolás de Bari. La iglesia fue construida en la segunda mitad del S. XVII y está situada en un alto, dominando la villa señorialmente, con su hermosa torre campanario. En la torre se conserva todavía un gran reloj que, en otros tiempos, fue muy celebrado en el pueblo.

Sabemos además que existieron también hospitales de peregrinos, entre ellos está documentada la fundación de uno en 1512 por el prelado D. Sancho de Acebes, hospital que todavía existía a mediados del siglo XIX. Otro posible hospital sería la conocida como “casa de Molina”, de cuya existencia se tiene noticia desde el año 1188 y que pertenecería a la iglesia de Astorga.

Y respecto al presente… En pocos lugares la revitalización actual de las peregrinaciones ha dejado su huella: el pueblo está lleno de albergues, hostales, restaurantes y cafés, y todos ellos siguiendo el criterio de armonizar con su entorno.