La importancia de las peregrinaciones por mar es incuestionable, algunos especialistas como Lacarra defendieron incluso que el mar habría sido la vía de peregrinación más antigua, portadora de la noticia del descubrimiento de la tumba de Santiago al mundo Carolingio.

Los peregrinos que llegaban a los puertos del norte de Galicia eran de numerosas nacionalidades -ingleses, irlandeses, flamencos, escandinavos o hanseáticos- pero han sido los ingleses los que más huella han dejado, hasta el punto de que el Camino que une esos puertos con la ciudad de Compostela es conocido como Camino Inglés.

Las peregrinaciones por mar a Compostela están documentadas desde el siglo XII, en concreto desde 1147, cuando una escuadra de cruzados ingleses, alemanes y flamencos visitó la ciudad y basílica de Santiago. Los cruzados se dirigían a Tierra Santa pero también a Lisboa, en cuya conquista participaron ayudando al primer rey de Portugal a liberar la ciudad que en 1255 se convertiría en capital de Portugal.

Las investigaciones de especialistas como Constance Storrs nos permiten conocer mejor cómo se desarrollaban estas peregrinaciones. Así, su trabajo sobre una importante peregrinación que en el siglo XII partió de Dartmouth, constituye un primer ejemplo de cómo los peregrinos que se dirigían a Santiago realizaban a veces escalas en otros puertos para visitar otros santuarios de peregrinación, en este caso el de San Salvador de Oviedo.

A partir de estas investigaciones sabemos que la mayoría de las naves de peregrinos desembarcaban en A Coruña y Ferrol, los dos puertos más importantes del norte de Galicia y con mayor presencia en los relatos de peregrinación. También Padrón tuvo su importancia durante algunos siglos, ya que contó con un pequeño puerto a orillas del Sar construido en tiempo del arzobispo Diego Gelmírez, pero en el siglo XVII dejó de ser viable al producirse la retirada de la ría. Actualmente los puertos de A Coruña y Ferrol continúan recibiendo naves de peregrinos y se han convertido en los dos puntos de inicio o partida del itinerario terrestre del Camino Inglés.

A pesar de que la importancia de las peregrinaciones a los puertos del norte de Galicia está sobradamente documentada, la ausencia de registros sistemáticos nos impide conocer las proporciones que alcanzaron. Por esa razón historiadores como Ilja Mieck han señalado que las noticias que conocemos nos permiten saber que en el XV desembarcaron en los puertos de A Coruña y Ferrol al menos 8.000 peregrinos, pero no estimar si esa cifra constituye una parte más o menos representativa de un total que pudo superar los 35.000.

Lo cierto es que las peregrinaciones marítimas tuvieron un gran desarrollo, particularmente durante la Baja Edad Media, cuando los continuos enfrentamientos entre Francia e Inglaterra hacían más segura la peregrinación por mar que por las rutas terrestres, hasta el punto de contar con noticias como la del peregrino Willian Wey, quien en 1456 afirmó haber encontrado en el puerto de A Coruña 84 barcos de todas las naciones del norte.

En el siglo XVI las peregrinaciones marítimas a Santiago se sumieron en una profunda crisis causada por el nacimiento del protestantismo y, particularmente, de la Iglesia Anglicana en Inglaterra. Sólo en las últimas décadas, la revitalización contemporánea del Camino de Santiago ha dado lugar a nuevas peregrinaciones en barco a los puertos de A Coruña y Ferrol y, sobre todo, a la reactivación del itinerario terrestre que tiene a ambas ciudades como posibles puntos de inicio.