Como anunciamos en un primer texto introductorio (https://www.fundacionjacobea.org/santiago-de-compostela/el-libro-de-santiago-introduccion-al-codice-calixtino/), queremos abordar en profundidad el Códice Calixtino (Liber Sancti Jacobi), avanzar a través de sus cinco libros y adenda, pero también a través de algunas figuras y temas particulares, lo que nos permitirá asomarnos al complejo y rico mundo medieval. Hoy nos acercamos al primero de los libros del códice a través de un tema fundamental: la música.

El Libro I – con diferencia el más largo de cuantos componen el códice – es una recopilación de documentación sobre el culto a Santiago, de los materiales necesarios para la liturgia de la catedral, particularmente para la celebración de las principales festividades del Apóstol Santiago. La importancia de la música para esa liturgia medieval era enorme, más todavía en las fechas en las que fue compilado el Calixtino – primeras décadas del siglo XII –, pues hacía poco tiempo que las iglesias hispánicas habían adoptado la nueva reforma romana y eran necesarios nuevos rituales y cantos.

A pesar de lo dicho, es importante subrayar que autores como Díaz y Díaz o grandes expertos en música medieval como Ismael Fernández de la Cuesta, han apuntado que el Liber Sancti Jacobi no habría nacido como un simple libro de consulta directa para seguir a lo largo del año en la iglesia, sino con el objetivo de ser su guía o directorio. Este carácter de referente encaja mejor con los contenidos musicales que atesora, pues, lejos de limitarse a la música para las festividades más importantes contenida en su Libro I, en su adenda incluye también numerosos cantos, “conductos” polifónicos, que en su tiempo debieron ser entonados en diversas iglesias, monasterios e, incluso, caminos de Europa.

La estructura del Libro I del códice es simple: una serie de sermones de autores eclesiásticos relativos a las festividades más celebradas en relación al Apóstol Santiago: la festividad de su Martirio, que se celebra el 25 de julio; la festividad de los Milagros, que se celebra el 3 de octubre; y la festividad de la Traslación de su cuerpo a Galicia, que se celebra el 30 de diciembre. Figuran también otros textos más prácticos que parecen funcionar como guías para la liturgia, pero fundamentalmente el Libro I está dedicado a las tres festividades citadas, así como a oraciones y cantos para los diversos oficios u oraciones del día.

Las partituras, que se suman a partir del capítulo XXI, son folios con notación musical, que en este caso según los expertos es una notación más cercana a la francesa que a la visigoda hasta entonces vigente en España. En dichas partituras se recogen los cantos para el oficio y las misas, es decir, los cantos necesarios para los oficios o rezos del día y las diversas misas de las festividades citadas. En este punto, consideramos importante recordar al lector de hoy lo que significaban los oficios en el Edad Media, rezos y cantos para las diversas horas del día pautadas según el rito monástico bajo ciertos nombres: Maitines (antes del amanecer), Laudes (al amanecer), Prima (primera hora tras el amanecer, hacia las 6:00), Tercia (tercera hora tras el amanecer, hacia las 9:00), Sexta (de ella deriva la siesta, hacia las 12:00), Nona (sobre las 15:00), Vísperas (tras la puesta del sol, hacia las 16:00) y Completas (antes del descanso nocturno, hacia las 21:00).

A partir de lo comentado, podríamos resumir el contenido musical del Libro I del Calixtino como una obra de gran magnitud que incluye todos los cantos necesarios para las horas u oficios, la misa votiva de los peregrinos y las misas especiales celebradas con motivo de los Milagros, el Martirio y la Traslación.

Y, para terminar, podemos acercamos un poco más a esos cantos, a su forma: encontramos antífonas, responsorios, salmos y nocturnos, las obras características de la liturgia u oficio romano que España estaba adoptando. No obstante, como ha apuntado el mencionado Fernández de la Cuesta, la propuesta litúrgica del Códice Calixtino es, de algún modo, todavía una mezcla entre la música y el rito monástico y la nueva liturgia romana.