Henrique es un enamorado del Camino de la Geira que une Braga y Santiago de Compostela, un Camino a cuya recuperación ha contribuido y contribuye a través de la escritura de guías y facilitando información y apoyo a los peregrinos que lo recorren.
Supo del Camino de Santiago por unos amigos y en 2015 recorrió el Camino Central Portugués desde Braga. La convivencia y las historias de los peregrinos le encantaron y lo motivaron a seguir haciendo el Camino. Repitió el Central Portugués más veces, luego recorrió el Portugués de la Costa y el Primitivo desde Oviedo, también en una ocasión continuó desde Santiago a Fisterra. Para él hacer el Camino es ir más o menos solo pero hablando con todas las personas que te vas encontrando.
Vive en braga y un día leyó algo en un periódico local el anuncio de una conferencia sobre el Camino de la Geira, un itinerario que partía de su ciudad y se dirigía a Santiago por una ruta diferente al Camino Central, un itinerario que no conocía, nunca había visto siquiera descripción alguna de esa ruta. Le resultó interesante y empezó a buscar información y así encontró en Google a la Asociación Codeseda Viva, que está tratando de recuperarlo, y también a una asociación de ayuntamientos de ese Camino. Obtuvo información pero se dio cuenta de que había muy poca.
La Geira es una Vía Romana muy conocida en Portugal, que atraviesa un parque natural que los portugueses adoran. La Geira, como parque natural y Vía Romana, es un lugar incomparable, su nombre es un poco mítico en Portugal. No es extraño que la Geira se convirtiese siglos atrás en un itinerario de peregrinación, inicialmente los Caminos de Santiago seguían vías romanas.
Empezó a pensar en hacer el Camino de la Geira con la idea de contribuir a su recuperación y conseguir más información para otros peregrinos que, como él, estaban interesados. De hecho, desde la conferencia que había tenido lugar en Braga más y más peregrinos se interesaban y preguntaban por él. Finalmente fue el encuentro con un peregrino portugués que lo había hecho en parte -si bien desviándose en Ourense por otras vías mejor señalizadas- lo que le dio el último empujón para recorrerlo en 2017.
Salió al Camino el 19 de agosto pensando en recorrerlo en diez etapas, por temas de infraestructuras hay una etapa muy larga, pero se puede dividir en dos, así lo planeó y así lo hizo. En general todo el recorrido es a través de caminos, nunca se perdió o se encontró en un territorio sin caminos ya trazados. La ruta sigue siempre el trazado de antiguos caminos y, además, los vecinos los conoces, si preguntas te van informando, hablan de caminos con “pasaxe”, históricos. Eso sí, en la mayoría de las etapas encontró zonas de 100 o 200 metros con maleza y silvas que tenías que apartar para avanzar.
Después de aquella experiencia creó un grupo de Facebook para ayudar a los peregrinos que recorren ese Camino, cuando puede los acompaña y les da indicaciones; este año ayudó desde Internet a casi 100 peregrinos. También está creando un archivo con fotografías de los peregrinos. De algún modo él y sus colaboradores están viviendo ahora algo similar a lo que ocurrió con la recuperación del Camino francés hace unas décadas: hay que solucionar problemas de falta de albergues, no hay señalización… Pero, como entonces, el Camino se convierte en una realidad porque los peregrinos van y caminan.
En cualquier caso, aunque utilices un hotel, en este Camino los peregrinos encuentran habitaciones dobles por 25 o 30 euros, de modo que acabas pagando precios de albergues privados por habitaciones con un baño privado. Por eso, muchos peregrinos acaban diciendo que su Camino fue muy barato.
Fruto de este trabajo de recuperación del Camino de la Geira, nació su guía, escrita con uno de los miembros más activos de la Asociación Codeseda Viva. Está disponible en la red, en versión digital o impresa, ya disponen de traducciones en cinco lenguas y muy pronto estará en dos más.
El Camino de la Geira es un Camino exigente porque es muy rural, más allá de los lugares de inicio y final de etapa a veces vas solo por el monte. De algún modo es similar al Camino Primitivo, se podría pensar en él como el Camino Primitivo de los Caminos Portugueses. Lo positivo es que casi no pisas el asfalto, caminas sin asfalto y con muy pocos peregrinos.
En su parte portuguesa, en la zona de la Geira, este Camino ofrece la biodiversidad más interesante de Portugal, ofrece algo único y sin ninguna posibilidad de masificación como en ellos caminos de la Costa o la Central porque el gobierno nunca dejará destruir la naturaleza o construir en un entorno natural tan controlado como ese parque natural. Es un Camino que exige un respeto a la naturaleza.
El Camino de la Geira es un Camino que permite seguir viviendo la experiencia de ser y sentirse un peregrino también en verano y a pesar del crecimiento continuo que se vive en otras rutas, aun disponiendo de tiempo para caminar sólo en agosto o durante un Año Santo. Por su estructura y exigencia, por su trazado, por la protección natural que exige, el Camino de la Geira es y seguirá siendo una alternativa histórica y genuina de peregrinación.